Kabul Disco

viernes, 28 de agosto de 2009

Me marcho de vacaciones, literalmente, o sea, que tengo vacaciones y además me marcho unos días.

Antes de irme, me gustaría recomendar una de las lecturas que me voy a llevar de viaje, Kabul disco, de Nicolas Wild.
Ahora mismo, hay dos volumenes, Cómo no fui secuestrado en Afganistán, que es el que he leído, y De cómo no me enganche al opio en Afganistan, que es el que me llevo.
Os lo recomiendo, por qué la historia que cuenta, además de autobiográfica, es original y bastante diferente, y está contada con mucho sentido del humor y bastante ironía.
Yo me he reído muchísimo, de las mejores novelas gráficas* que he leído ultimamente.


Hasta prontito!


*Novela gráfica, o cómic, o tebeo, o como se llamase en vuestra época, que anda que no ha cambiado de nombre!

La cajera

jueves, 20 de agosto de 2009

En una película que no recuerdo, un terapeuta especializado en el control de la ira, le explica a otra persona, los distintos tipos de personas que hay, según su reacción ante la ira acumulada.
Utiliza el símil de la cajera para explicar como hay personas que aguantan, aguantan, aguantan, cómo una cajera de supermercado que es la persona en la que se concentran todas las quejas, reclamaciones y malas leches en general, del usuario, y cómo finalmente estalla, se sube al campanario de su pueblo armada con una escopeta y empieza a disparar indiscriminadamente.

Más o menos, o eso me gustaría creer, todos nos vemos lejos del patrón de la cajera, que se ve sometida a presión y violencia verbal y un día deja de controlarse, pasa al otro lado y se convierte en agresor, largamente agredido.
Todos queremos pensar, que en caso extremo, el campanario y la escopeta, no es una opción para nosotros, la violencia, aunque no sea liarse a escopetazos, nos queda lejos.
Pero, ¿qué pasa cuando uno está tan harto, se siente tan quemado, tantas veces pisoteado, estafado, engañado, que empieza a entender, e incluso a simpatizar con la cajera homicida?

En Un día de furia, el hilo argumental gira en torno a esa idea, cómo una persona "normal", sometida a la presión de la vida en la gran ciudad, el trabajo, la familia, una vez ha perdido el trabajo, pierde por completo los estribos y se convierte en un perturbado, o mejor dicho, un perturbado que pasa a la acción, por qué ¿quién podría asegurar que no estaba ya perturbado?

En España las armas no son habituales, cómo en EUA, pero cada día veo más claro, que una población estresada, es una población inestable, y una población inestable y armada es una combinación pésima.

Vivimos en un mundo, dónde residir en una gran urbe es lo más y residir en una gran urbe, significa tener una determinada vivienda urbana o bien tener una vivienda no urbana pero dónde Cristo perdió la sandalia, utilizar transporte público, una de las fuentes de cabreo más fiables de cualquier urbe mundial, o bien coger el coche, con lo cual, el cabreo está también garantizado, comprar en grandes comercios dónde hay aglomeraciones y un largo etcétera, que no se puede decir que nos resulte balsámico para los nervios en general.
Además de todo ello, están los problemas de convivencia con gentes de otros países, la delincuencia, el atropello indiscriminado de las administraciones públicas contra los ciudadanos, la impunidad de las grandes empresas contra los consumidores,las injusticias laborales a las que la mayoría de personas están sometida y aún y así, somos buenas personas y nos levantamos cada mañana, y reproducimos día a día, todas esas rutinas que constituyen nuestras vidas.

Sin embargo hay días que la ira es tan intensa, la hartura tan grande, la injusticia tan obscena, que uno se siente con ganas de convertirse en la cajera, no hace falta tener escopeta, sólo empezar a gritar, a exigir, a imponerse, para que dejen de tomarte el pelo en el trabajo que te pagan lo mismo y te piden que trabajes por tres con la excusa de que sabes más, eres más bueno, que ni siquiera te den las gracias y te traten como si ellos te hicieran un favor a ti y no al revés, en el trasporte público, que en agosto ha decidido que puede pasar con la frecuencia que les salga de los huevos y no tienen que dar ninguna explicación a nadie, en la administración pública, que reducen personal y horarios y si tienes que hacer alguna gestión, ya te pillarás un día de fiesta, total, ya sabemos que es el ciudadano el que está a su servicio y no ellos al tuyo, las grandes empresas, que facturan/cobran lo que quieren, no dan el servicio prometido y si les dejas de pagar, o sea, tratas de impedir que te roben más, te meten en el asnef, y no hay manera de que alguien les haga cumplir las leyes, etc, etc, etc .

El ser humano debe de ser muy resistente para que no haya una cajera subida a cada campanario de cada pueblo...

El truco del manco

lunes, 17 de agosto de 2009

El cine español es un cine extraño, se hace en un país con una considerable producción de películas, tiene directores conocidos en todo el mundo, películas que se ven en todas partes y es un cine a tener en cuenta por casi todos los certámenes cinéfilos.
Pero cada día está más alejado de lo que verdad importa; el público y ese público se queja de que está harto de que siempre le den lo mismo, que está harto de la guerra civil, de las películas costumbristas, de la cutrez, de las comedias simples...

Hacer una película no debe ser nada fácil, es un arte caro, dónde se necesita de la participación de muchos y variados profesionales y muchas veces uno ve una película, sin duda, cara de narices, cuyo resultado final, con efectos especiales incluidos, es decepcionante, un derroche de tiempo y dinero.
Y otras veces, ves una película, sencilla, rodada con cuatro duros, con actores desconocidos y cuando termina te deja conmocionado, ¡pero que buenas es!, así que cosa de dinero no debe ser, no, la calidad de una película, no depende del dinero, depende de otras cosas.

Este fin de semana he visto, El truco del manco, ganadora de tres premios Goya, mejor director novel, mejor actor revelación y mejor canción original, ¿porqué? por qué es una película redonda, sobria, honesta y sin concesiones que habla de cosas que cualquiera puede salir a la calle y comprobar, sí, sí, mundos distantes que rozan el nuestro, gentes marginales con las que compartimos espacio y fracciones de nuestras vidas, calles duras, gentes marcadas, barrios chungos, aquí, en mis calles, en mi ciudad, en sitios que conozco, sitios en los que estuve y ví, ví lo mismo, sitios dónde se decidió hacia que lugar iría en un futuro próximo y nadie puede saber en que momento su destino podría haberse torcido para terminar siendo uno de los personajes de esta película.

Rodada con actores no profesionales, en el extraradio de Barcelona, y ciudades del alrededor, nos cuenta la historia de Cuajo y Adolfo, el primero sufre paralisis cerebral, que se traduce en una movilidad muy reducida, Adolfo tiene un padre alcohólico y se refugia en las drogas para olvidar que la vida es una mierda; son Mr. Cabreado y Don Vinagreta y no, no son un dúo cómico, tratan de sobrevivir y hacer realidad un sueño, montar un estudio de grabación.

Si conocéis algo de la película sabréis que la frase más famosa de la película es cuando Cuajo le dice a Adolfo, gritando, cómo siempre,
-A mi no me digas que no se puede- sintetizando en esas palabras, una voluntad de superación feroz por parte del protagonista, una fuerza arrolladora que tiene su motor en la rabia pura y dura ante una familia que lo desprecia y una sociedad que le tiene lástima.

Os dejo el trailer de la película,de Santiago A. Zannou y el vídeo, interpretado por El Langui.
Por cierto, el vídeo, sensacional, rodado en el recinto de viviendas de una amiga mía.






Probando, probando II

viernes, 14 de agosto de 2009

Al final he jubilado mi antigua cámara digital y me he comprado una nueva y ando estos días haciendo pruebas y más pruebas.

Uno de los habitantes de mi casa, que sabe que necesito entrenarme para sacar muy buenas fotos estas vacaciones, decidió echarme una mano y posar con el glamour que le caracteriza.


Él es divino, y lo sabe.

Estoy viva

miércoles, 12 de agosto de 2009

Estoy viva, con mucho trabajo y poco tiempo, pero viva.

Os dejo una canción animosa de miércoles.


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